HUAYTO-PERU: LITERATURA ESCOLAR DE HUAYTO
RELATOS ESCRITOS POR ALUMNOS DE HUAYTO SERVIRAN PARA LIBRO SOBRE LITERATURA
LOS TESOROS DEL VALLE PATIVILCA
Mauricio Quiroz Torres*
El poeta Nicolás Matayoshi hace varias décadas, y en el Valle del Mantaro, diseñó “Los Tesoros de Catalina Huanca”, un libro de literatura regional para uso de los escolares de las clases oprimidas, empleando exclusivamente relatos populares redactados por los propios escolares. Tan apreciado libro, entre otros, recibió sugerencias de Rodolfo Cerrón Palomino y del entrañable Alfredo Torero, por lo que su valor es incalculable y nos convoca a los maestros a seguir este camino para presentar materiales educativos desde el habla mismo de nuestro pueblo ahora que la reacción peruana e internacional dicen que no sabemos leer, sumar ni redactar.
Siguiendo al poeta Matayoshi nos hemos impuesto similar tarea en el Norte Chico para el cual estamos abocados en la recolección de material de parte de nuestros alumnos y consolidarlos.
Una parte de ellos lo presentamos aquí y ha sido recogido por nuestros alumnos del Colegio José Pardo y Barreda de Huayto. Hemos respetado los titulos como la propia redacción escolar huayteña en casi un 99% y lo exponemos para ir apurando la pronta edición del material que nos hemos propuesto publicar.
Debo anotar ligeramente que el pueblo de Huayto- como mucho de los pueblos del Perú- no sólo es una zona agraria sino tiene una singular historia precolombina, colonial y republicana. En su Valle floreció también la mitología del dios Vichama y con sus Haciendas- pese a sus ancestros españoles- sirvió a la lucha anticolonial y antiespañola siendo actualmente base agrícola de una voraz empresa capitalista perteneciente al grupo E. Wong y Jaime Mur, quienes afloran como nuevo grupo de poder en el Perú, a decir de Francisco Durand. Geográficamente, Huayto pertenece al Valle Pativilca y en su entorno se desarrollan otros pueblos rurales como San Miguel, Rancho Grande, Otopongo, La Paz, La Vega, Churlin, Providencia, Carreteria, Ariel, entre otros, los mismos que a la fecha han constituido una Municipalidad de Centro Poblado Huayto dirigido hoy por su Alcalde, el luchador Francisco Mallqui Orellano.
EL DUENDE
Había una vez un duende que se aparecía cuando el sol se estaba ocultando.
Un día unos niños se fueron a bañar de tarde. Se les presentó el duende y se asustaron. Los niños asustados llegaron a su casa y sin tanto ánimo se echaron a dormir y al día siguiente estaban con fiebre; luego a la semana siguiente se murieron del susto por lo que les había ocurrido.
Esta historia ocurrió hace 40 años. Desde allí no ha vuelto a ocurrir.
Fuente: Edwin Villajuan Ortiz
LA OVEJA
Un día en el pueblo de mi padre mientras que yo caminaba hacia la casa se me presentó una oveja muy bonita. Yo pensé que no tenía dueño y la seguía. Pero no se dejaba agarrar pese a que parecía que ya estaba cerca de la oveja y era ya muy tarde.
De pronto me di cuenta que ya estabamos en una cueva; la oveja entró allí y yo la seguía. De repente me dí con la sorpresa que me hallaba frente a un hombre muerto, un pozo grande y me asusté.
Salí corriendo a mi casa y le conté a mi padre. El me dijo que era una alma aburrida.
Fuente: Jackelin Mallqui Irigoyen
EL ALMA CRECIENTE
Esta creencia es contado por una persona ya anciana que vive en el pasado quien vivió y logró sobrevivir.
Dicen que una persona solía pasar todos los días de la madrugada para ir a su trabajo.
Un día el señor fue sorprendido por una sombra que le impedía pasar para dirigirse a su trabajo.
Y el señor quedó estático y agónico por el susto. Pero el señor se resistía a la sombra; cuando retrocedía se agrandaba; si se adelantaba también se agrandaba. De suerte pasó un carro que con el sonido logró dispersar a la sombra que no dejaba al señor trabajador.
Sino hubiera sido por el carro hubiera muerto por el susto.
Fuente: Marcelo Reynaldo Mendoza
LA GRINGA
En San Miguel, en tiempos pasados en un puquio aparecía una gringa desnuda que sólo lo podías ver de espalda. No se miraba el rostro.
Cuentan que cuando lo miraban el rostro era como un monstruo y la gente babeando se morían.
Así les sucedió a un señor que de noche había ido a guardiar su chacra. Al ver a la gringa quedó hipnotizado. Murió babeando.
La gente dice que la gringa se lo llevó con todo su cuerpo.
Fuente: Edwin Ramirez Guillén
EL GALLO
Cuentan unos ancianos que en una noche como a las doce ó una de la mañana que de un árbol salen animales enormes como un gallo o pavo. Por eso en esa hora es peligroso andar sólo por ese árbol.
Un día un señor se encontró con un gallo enorme y el señor se quedó mudo, no podía hablar siquiera; llegando a su casa asustado, botando baba. Su familia le preguntó lo que le pasaba pero no contestaba. Seguía asustado.
Con el tiempo se recuperaba de a poco pero hasta hoy en día el señor sólo puede hablar tartamudeando y tiene miedo ir por ese lugar donde le ocurrió esta tragedia.
Fuente: Jhony Diaz Vega.
LA RUBIA DEL PUQUIO
Había una vez un señor que iba siempre al puquio a bañarse. En uno de esos días que se estaba bañando se le presentó una mujer rubia de ojos azules asustando al señor quien le preguntó su nombre. Ella no le contestó y le dijo solamente que no avise a nadie que la había visto; luego conversaron un rato y se despidieron yéndose la chica por uno de los caminos. El señor se asombró porque se fue rápido. Desde allí, siempre se encontraban en el puquio y se bañaban juntos.
La mujer siempre le decía no avises a nadie que me has visto porque si hablas te voy a llevar conmigo y el señor decía que no se preocupe pues no tenía intención de avisar a nadie.
Hubo un día cuando el señor estaba tomando en su casa con unos amigos habló que tenía una amiga rubia muy bonita y de ojos azules.
Luego de eso, el señor fue al puquio y la mujer no aparecía. Se puso triste y comenzó a bañarse sólo. De repente le comienza a doler su estómago y con el dolor se murió.
Sus hijos y esposa como no llegaba a su casa le buscaron por todos lados; cuando llegaron al puquio lo encontraron tirado en una piedra con la boca llena de sangre.
Desde allí toda la gente habla que había sido encantado por una rubia y que ella se lo había llevado.
Fuente: Gina Huertas Blas
LOS SIETE ENANOS
Cuenta un anciano que cierto día iba a recoger agua y había frente al pueblo de San Miguel una vieja Higuera que decían estaba encantada. El viejo pasaba a eso de las cuatro de la mañana por el frente de la planta y de pronto se dio cuenta que le tiraban piedritas. Pero no veía a nadie y siguió su camino.
Al día siguiente también fue por allí y luego que sintiera que le tiraban piedritas, al voltear vió a varios enanitos. Contó a siete pero al parecer los enanitos no se dieron cuenta del paso del viejo quien presuroso huyó de la higuera.
Desde allí nunca más el viejo andaba por allí.
Fuente: Pool Valdez Paúcar.
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